Programa: Frederyk Chopin - 4 Scherzos Op. 20, 31, 39 y 54 - 4 Mazurkas op. 24 - Sonata No. 3 en si menor Op. 58
En un recital dedicado exclusivamente a Frederyk Chopin, se presentó el distinguido pianista polaco Krzysztof Jablonski. Con la arquitectónicamente hermosa sala de Palacio Paz colmada, las expectativas del público crecían con cada minuto que pasaba. Los melómanos seguian entrando a tal punto que se tuvieron que agregar sillas.
La primera parte del programa inicialmente previsto sufrió un cambio total, pasando de ser varias piezas independientes a presentarse el conjunto de los 4 scherzos. Jablonski tiene una proverbial capacidad para dar a cada scherzo su tempo adecuado o su color preciso. En especial, cuando la mano derecha llevaba una melodia o tema, fue evidente como el acompañamento no se entrometia de ninguna manera, sino que seguia siendo justamente eso, un acompañamento. Esto, que a primera vista podría decirse que es un atributo básico de una interpretación, no es algo fácil de lograr en esta sala.
Cabe mencionar las dificultades que presentan las características acústicas de la sala. Su forma redonda y predominio de mármoles y granitos hacen que los tiempos de reverberación sean altos, especialmente en los registros bajos. Jablonski ya habia detectado esta situación durante sus ensayos y adecuó su técnica para contrarrestar estos efectos. Apianó las notas en los registros bajos, enfatizó el uso de legato y redujo al mínimo el uso del pedal. Sin duda el numeroso público también contribuyó en alguna medida a la absorción de ecos indeseados.
La segunda parte comenzó con cuatro Mazurkas del Op 24, tocados con delicadeza y sentimiento. Pero lo mejor estaba por llegar, la sonata No3 en una versión perfecta. La interpretación fue un ejemplo claro de sus dones naturales, formación solida y de trabajo sostenido en un plano de seriedad musical irreprochable. El allegro maestoso fue brillante y emotivo, el scherzo turbulento, el largo hipnótico, y el Finale presto nos dejó literalmente emocionados. Fue sin duda una de las mejores versiones que se han escuchado en vivo en mucho tiempo.
Ante los calurosos aplausos del público, el pianista ofreció dos piezas fuera de programa - El estudio “Revolucionario” Op 10 No. 12 y la polonesa “Heroica” Op. 53.
Casi todas las obras ofrecidas son bien conocidas por la mayoria de los presentes, lo que acarreó el peligro de que el menor error sea detectado. Sin embargo esto no molestó al tecladista, que en todo momento demostró una seguridad infranqueable y dominio absoluto de su instrumento.
Mencionamos también el gran placer que se obtiene de ver una sala repleta. Y no sólo repleta pero además con una gran proporción de gente joven, que representan el futuro de la música clásica en nuestro país.
En conclusión, un excelente recital, bien recibido por todos los presentes. Esperemos que tengamos otra oportunidad de escuchar a Jablonsky en el futuro.
